BAJA SILESIA, castillos y naturaleza

Si viajas por carretera desde Praga (Rep. Checa) o Alemania, ésta es la región polaca que te dará la bienvenida al país. Su capital, Wroclaw, que obviamente cuenta con su propio aeropuerto internacional, está bien conectada por autopista con la alemana Dresden en el oeste y con Cracovia al este. Pero saliendo de esta cómoda carretera, te sumergirás en un mundo de lo más atractivo para una visita turística.

Información básica
Población:
19 947 km²
Superficie:
2 897 737 (2020)

Tanto Wroclaw como toda la región reflejan una historia propia de una zona fronteriza donde siguen palpables las influencias checas, polacas y alemanas, sin olvidarnos de las judías y de los potentes Habsburgo. Wroclaw, considerada una de las más innovadoras de la zona, respeta y conserva este patrimonio común, enriqueciéndolo con nuevas iniciativas de carácter social, cultural y artístico. No en vano, en 2016 se convirtió en la Capital Europea de la Cultura. Merece la pena reservar algunos días para conocer la capital de Baja Silesia.

El principal atractivo de la región para los visitantes es la naturaleza por un lado, y antiguos castillos y palacios (algunos convertidos en hoteles) por el otro. Toda la franja sur la ocupa la cordillera de los Sudety, en la cual destacan no solamente dos parques nacionales: el de Karkonosze y el de los Montes Stolowe, sino también sierras como la de Montañas Sowie, un paraíso para los que buscan tranquilidad rodeados de la naturaleza, y la de Montes Kaczawskie, paraíso para los buscadores de minerales (sobre todo la piedra ágata) y antiguos volcanes (inactivos).  Es, por lo tanto, una tentadora propuesta para practicar senderismo y la bicicleta desde primavera a otoño, y esquí o esquí de fondo en invierno. Las localidades con estatus de balneario abren sus puertas durante todo el año para disfrutar de aguas medicinales y tratamientos de salud con montes, bosques y prados al alcance de la mano (Duszniki ZdrójPolanica ZdrójKarpacz o Kudowa Zdrój).

La situación geográfica y la orografía del terreno hicieron de esta región una zona estratégica para Hitler: en los alrededores del Castillo de Ksiaz (merecida parada de visita) y en las Montañas Sowie se sigue buscando el tren, supuestamente cargado con oro y otros bienes robados durante la II GM, que desapareció misteriosamente en algún túnel de la zona; y en la “Ciudad Subterránea de Osówka” se puede visitar parte de un complejo militar construido por los nazis.

Viajando hacia al este, nos encontramos con otro tesoro subterráneo. La visita a la Mina de Oro Zloty Stok promete un día entero de entretenimiento para niños y adultos. 

Buscando un toque más cultural y artístico de la visita, además de Wroclaw, no deberías dejar de visitar por lo menos una de las Iglesias de la Paz. Tanto la de Jawor, como la de Swidnica fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad. Ambas evangélicas, construidas en madera, en el interior guardan, cada una con estilo propio, una espléndida decoración que refleja la filosofía del lugar. Conviven con ellas los monasterios cistercienses de LubiazTrzebnica y Krzeszów, y otros monumentos religiosos, aunque esta vez más curiosos: una iglesia típica noruega en Karpacz (Iglesia de Wang); o la Capilla de las calaveras en Kudowa, un homenaje a los silesianos caídos en guerras o víctimas de las hambrunas que asolaron la zona en el s. XVIII.

En Baja Silesia se conservaron bastantes castillos y palacios. En el medio de Montañas Sowie, antaño frontera entre Chequia y Polonia, hay ruinas de atalayas, castillos y fortalezas incluso del s. XII, y una ruta nos lleva al castillo de Grodno, uno de los mejor conservados de esta zona.

Muchas de estas antiguas residencias de los nobles o puntos defensivos son una atractiva propuesta de alojamiento y actividades: por ejemplo en Kliczków donde disfrutar de paseos a caballo o de talleres gastronómicos. Para disfrutar de su singular oferta, consulta estos mapas, para confeccionar un viaje de lo más original.

CUESTIONARIO