Costumbres y hábitos
Cada país tiene sus costumbres que pueden resultar raras y sorprender a la gente que viene de fuera. Es útil conocerlas, sobre todo si cuando visites el país entrarás en círculos familiares.
Zapatillas para los invitados
¿Te sorprendería que al visitar una casa te ofrecieran unas zapatillas para andar por casa? Imagina que recibes una invitación para comer o cenar en una casa polaca y, al entrar, ¡sorpresa!, te ofrecen unas zapatillas para que no andes con tus zapatos. En Polonia es un gesto de lo más normal. Por un lado se hace por la comodidad del invitado y, por el otro, por higiene. A raíz de la pandemia, este gesto quizá sea más comprensible para los españoles. Si no te gusta la idea, siempre puedes quedarte con tus propios zapatos, sobre todo en invierno, y así preservar tu glamur.
Flores, sinónimo de elegancia
Aunque no es obligatorio, está muy bien visto regalar un ramo de flores frescas a tus anfitriones, independientemente de que te hayan invitado a su casa o a un restaurante. En Polonia abundan las floristerías, que normalmente están abiertas también durante los festivos para que no pierdas ocasión de cumplir con esta bonita y elegante costumbre.
Pizza con salsa
¿A quién no le gusta la pizza? A los polacos, casi igual que a los italianos. Es muy popular desde hace mucho tiempo, pero a diferencia de otros, los polacos la suelen acompañar con más salsa de tomate o de ajo. No te sorprendas, por lo tanto, si al encargar una te preguntan ¿con qué salsa? Se trata de un hábito que quizá tenga que ver con otro plato muy popular y original de Polonia llamado zapiekanka (pan con queso, embutidos y verduras gratinado al horno), que suele ir acompañado de una salsa a elegir. La zapiekanka se ha hecho muy popular también en el extranjero, como muestra esta foto hecha en Vietnam.
Un Cumpleaños feliz universal
Esta canción de origen norteamericano también la conocen en Polonia, pero aquí no ha tenido mucho éxito. En vez del Happy birthday, los polacos cantan una canción cuya letra desea “que viva cien años” a la persona a la que se le canta. No importa si es por el día del cumpleaños, del santo (por cierto, ¡más popular que un cumpleaños!), por un aniversario, una boda o un ascenso en el trabajo, siempre hay un buen motivo para desear lo mejor cantando esta canción. Su título en polaco es Sto lat, sto lat… Si vives en Polonia, conviene estar al tanto del santoral para saber qué día hay que dedicarle a alguien un Sto lat, sto lat…
Bodas gitanas a la polaca
Tres días de festejos o incluso más duran las bodas en las zonas rurales de Polonia. Empiezan de manera muy solemne, con los padres dando la bienvenida a los recién casados con una hogaza de pan y sal, tras lo que empieza una fiesta que termina con el poprawiny, una especie de „traca final” gastronómica antes de que todos vuelvan a sus casas.
Cortavientos en la playa
Para tomar el sol con cierta intimidad y, de paso, protegerse del viento que levanta la arena fina y dorada de las playas bálticas, los polacos no se olvidan de llevar unas características pantallas de tela multicolor que, además, les permiten delimitar su propio espacio en la playa.
Canapés a todas horas
En vez de un sándwich o bocadillo, el tentempié más popular de Polonia, que también sirve como cena, son los canapés: rebanadas pequeñas y finas de pan aderezadas con lo que tengas a mano. Pueden ir con mantequilla o alguna salsa; con queso, embutido, restos de un asado, pescado fresco o de lata; adornadas con una rodaja de tomate, rábano picante, rodajas de pepinillos encurtidos o en vinagre… Todo depende de lo que tengas en ese momento en tu nevera o despensa. En casa de un polaco seguro que probarás algunos y, con ellos, descubrirás el lado creativo de tu anfitrión.