Hoteles históricos con encanto
La cultura nobiliaria de Polonia ha legado una gran cantidad de residencias y mansiones a lo largo y ancho del país en antiguas fincas del interior. Algunas fueron devastadas durante la Segunda Guerra Mundial, otras convertidas en cuarteles por los sucesivos ejércitos que cruzaron Polonia, primero de oeste a este y, al final de la guerra, en el camino inverso hacia Berlín. A partir de 1945 fueron nacionalizadas y destinadas a satisfacer las diversas necesidades del momento: durante algún tiempo sirvieron como orfanatos, como viviendas para campesinos, como centros educativos, como centros vacacionales para trabajadores de empresas públicas o como sedes de instituciones locales. Esta circunstancia la ilustra muy bien la película Cold War, de Paweł Pawlikowski, en la que jóvenes de distintas zonas rurales de toda Polonia reciben formación artística de calidad en una antigua mansión, alejada de las grandes ciudades, para crear un grupo folklórico.
La nueva política promovía dotar de una nueva vida útil a las antiguas residencias nobles, pero no tanto su conservación. Con el paso de los años, estas mansiones quedaban en estados ruinosos, sin otro fin útil y sin presupuesto para restaurarlas. Sin embargo, con los cambios políticos y económicos sucedidos a partir de 1989, algunos descendientes de aquellos antiguos propietarios y otros emprendedores particulares recuperaron o adquirieron estas residencias, o lo que quedaba de ellas, para darles una nueva vida.
El resultado es una red de alojamientos históricos con encanto que permite viajar por zonas no masificadas en las que disfrutar de la naturaleza, del deporte, de la gastronomía local y de centros de spa y belleza. En Polonia hay dos redes que ofrecen este tipo de alojamiento: Hoteles Históricos de Polonia (Polskie Hotele Historyczne) y Castillos y Palacios Acogedores (Gościnne Zabytki). En ocasiones, están situados cerca de las principales atracciones turísticas del país, de manera que te permiten realizar las visitas esenciales mientras descansas en tranquilos lugares, con un toque de historia y encanto.