No es pretzel, ¡es obwarzanek!
Sólo algunos pasteleros tienen derecho a llamarlo obwarzanek. Estas rosquillas se preparan cada madrugada para venderlas y ser consumidas en el día. Los ingredientes no constituyen ningún misterio, pero su elaboración es un poco más complicada. En el Museo del Obwarzanek, situado en la zona histórica de la ciudad, puedes descubrir sus orígenes y aprender a hacerlos. Hoy en día se consumen más allá de la Semana Santa, así que siempre que vayas a Cracovia podrás probar este tentempié que vale menos de 1 €.
El museo es pequeño y muy cuco, ideal para los que viajan en familia. Puedes planear la visita en su web.