POLONIA MENOR (Malopolska)

Visitar Polonia sin ver Malopolska, la región de Polonia Menor, es como ir a Roma y no ver al Papa. Aquí encontraremos la mayoría de los monumentos incluidos en el Patrimonio de la Humanidad polacos.

Información básica
Superficie:
15 108 km²
Población:
3 430 370 (2022)

Denominada así en los mapas que existen en el Vaticano, la región, en efecto, no es muy grande, pero la variedad de atracciones turísticas puede satisfacer todos los gustos. Es suficiente con mencionar Cracovia, la antigua capital polaca; la Mina de sal de Wieliczka o la ruta de las iglesias de madera. Algunos visitan Malopolska por el tristemente famoso Campo de Concentración de Auschwitz.

Con la región y con Cracovia se relacionan varios nombres. Copérnico estudió en la Universidad Jaguellona; la película La Lista de Schindler de Spielberg fue rodada en esta región; y de Kraków salió Karol Wojtyla para convertirse en Papa Juan Pablo II. Nació en una pintoresca localidad a tan sólo 50 kilómetros de Cracovia, Wadowice, y solía visitar el cercano monasterio de Kalwaria Zebrzydowska, llamado el Jerusalém polaco y donde en Semana Santa se celebra la famosa procesión, otro de los monumentos incluidos en el Patrimonio de la Humanidad de la región.

Cualquiera que sea el motivo de visita, siempre encontrará algo interesante. Por un lado el turismo religioso, no solamente a través del personaje de Karol Wojtyla, sino también del de Sor Faustina Kowalska. Por otro, la arquitectura de madera con sus pequeñas iglesias en Zakopane; o la ruta de las iglesias neogóticas inscritas en la lista de Patrimonio de la Humanidad en Lipnica Murowana, Sekowa, Debno y Binarów. Por decisión de la UNESCO en junio 2013 se les han sumado cuatro iglesias ortodoxas de la región, en las localidades de Brunary Wyzne, Kwiaton, Powrozniki y Owczary (Podkarpacie). Para los amantes del arte y la cultura, los museos de Cracovia albergan una cuarta parte de las riquezas de esta índole en Polonia, incluido el famoso cuadro de Da Vinci, La dama de armiño. 

Asimismo, las grandes mansiones, convertidas hoy en hoteles como el de Bella Vita; las rutas gastronómicas, con la riqueza de productos propios de la tierra; balnearios al pie de las montañas Tatra y Beskidy; los parques nacionales de los Tatra, Beskidy y Ojcowski; y, por último, los deportes de invierno y de verano, al sur de la región.

Prácticamente a lo largo de todo el año, y no solamente en invierno, se recomienda la visita a Zakopane.

La pequeña Polonia tiene grandes atractivos. Puede descubrir más en la página web  (disponible también en castellano)

CUESTIONARIO