Residencias Reales

Polonia es un Estado que nació en el s. X y en el cual, hasta finales del s. XVI, reinaron dos dinastías: la de los Piast hasta 1370 y la de los Jaguellones. Con la muerte sin descendencia del último Jaguellón, la nobleza polaca decidió cobrar más protagonismo e implantar en el país una monarquía electiva: durante largas asambleas se elegiría por votación a los sucesivos reyes que, en ocasiones, procederían incluso de otros países. El último rey de Polonia, Stanisław August Poniatowski, simboliza el fin de la monarquía cuando, bajo su reinado, se consuma la última partición de Polonia (1795) entre tres potencias vecinas: Rusia, Prusia y el Imperio austrohúngaro.

Los ejemplos de las residencias reales más notorias se encuentran en las ciudades que fueron importantes centros de poder en el „siglo de oro” del país (s. XVI y principios del s. XVII): en Cracovia que fue la capital de reino hasta finales del s. XVI y en Varsovia, hasta la fecha la actual capital del país. 

Aunque no se han conservado muchas residencias reales hasta la fecha y algunas han tenido que ser restauradas, son fieles testigos de la historia del país y de esta parte de Europa (en el castillo real de Varsovia se proclamó la primera constitución moderna de Europa en 1791), en ocasiones se han convertido en importantes museos de arte y, además, nos cuentan las anécdotas sobre la vida privada de los reyes.

Cada noviembre, las residencias reales en Varsovia y en Cracovia se pueden visitar de manera gratuita.

La Colina de Wawel en Cracovia alberga un castillo de estilo renacentista que sustituyó a uno más antiguo de los Piast, y que fue un importante centro de poder en la época. Al visitar Cracovia es imposible no fijarse en su bella silueta y, subiendo la colina, en su ligero estilo que alude a los mejores ejemplos de la arquitectura italiana. “La culpable” de esto era, en parte, la esposa italiana del Rey Segismundo El Viejo, Bona Sforza. Al llegar a Polonia la reina echaba de menos algunos ingredientes de sus platos favoritos, como las verduras para preparar un caldo. Hasta hoy las zanahorias, la raíz del apio y la chirivía (básicos para conseguir su sabor único) se llaman “verduras italianas” (en polaco, Italia es Włochy y el surtido de verduras para caldo, włoszczyzna).

La colina de Wawel es un conjunto de monumentos entre los cuales destacan el Castillo de Wawel, La Catedral (incluyendo el panteón real), el Tesoro y Sala de Armas. Además de las habituales exposiciones temporales, son reseñables dos permanentes: Wawel Perdido (arqueológica) y El Arte del Oriente. Se recomienda utilizar caminos diferentes para subir y bajar de la colina para, así, rodear el conjunto y verlo desde una perspectiva diferente. Parte del recorrido se hace por los bulevares del Vístula donde, al pie de la colina, se encuentra la Cueva del Dragón, que cuenta una antigua leyenda y atrae a los pequeños viajeros.

Colina de Wawel, Cracovia

Castillo de Wawel

El Castillo de las Salinas (Zamek Żupny), del s. XIII, se encuentra en Wieliczka (a 12 km de Cracovia), donde su famosa mina de sal fue una de las fuentes de la riqueza del Reino de Polonia. Después de visitar la mina, a pocos pasos encontramos esta residencia real rodeada de un bello parque. Alberga exposiciones temporales y un museo dedicado al negocio de la sal, incluyendo una colección de valiosos saleros.

Castillo (castillo de salinas) en Wieliczka

Colección de saleros

Rodeado de espesos bosques, a 20 km de Cracovia se ubica el Castillo Real de Niepołomice, del s. XIV. Era el lugar donde los reyes recibían a sus mensajeros, se reunían con los nobles y también iban de caza. Hoy alberga un museo y un hotel boutique.

Castillo de Niepołomice

A finales del s. XVI uno de los reyes polacos decidió trasladar la capital a Varsovia, cuya localización fue más cómoda para gobernar un país de dimensiones bastante más grandes que las actuales. En los siglos XVII y XVIII el progreso económico y político de Polonia continuó, llenando Varsovia de nuevas residencias para los sucesivos reyes y de los palacios de familias aristocráticas que pretendían estar cerca del centro del poder. La capital de Polonia cuenta con hasta tres residencias: Castillo Real, Łazienki y Wilanów. Las tres se encuentran a lo largo de la Ruta Real que terminaba precisamente en Wilanów. Merece la pena empezar la visita por el más antiguo: el Castillo Real, en el casco antiguo, que es también un museo de arte. Destacan obras de grandes dimensiones que cuentan hechos históricos, por ejemplo, el cuadro La Constitución del 3 de mayo de Jan Matejko (1838-1893) que ilustra la proclamación de la primera constitución europea de la era moderna (1791).

La siguiente residencia fue construida bajo el reinado del último rey de Polonia,  Stanisław August Poniatowski. Fue una persona muy ilustrada para sus tiempos y uno de los patrones de la Constitución del 3 de mayo. Pero necesitaba tener un lugar más modesto y de carácter intimista para reunirse cada jueves con los intelectuales de la época. Decidió convertir unos antiguos baños (en polaco Łazienki) en un pequeño palacio, llamado Palacio sobre el Agua, conservando la naturaleza que lo rodea hasta la fecha. El Palacio es solamente una parte digna de visitar en el inmenso parque de estilo inglés donde, además, en verano se celebran los conciertos gratuitos de la música de Chopin bajo el monumento dedicado al compositor.

Siguiendo la Ruta Real, a unos 7 km del Parque de Łazienki llegamos a la tercera residencia real de la capital polaca. Su construcción se la debemos a uno de los reyes más notorios de la historia del país, Jan III Sobieski, que rescató a Viena de las manos turcas en 1683. Como cualquier persona, él también tenía sus debilidades. Sus contemporáneos hacían chistes sobre su ingenuidad cuando se trataba de su esposa. Marie, el diminutivo polaco para Marysieńka con el que Sobieski la llamaba, extrañaba el estilo de vida francés y el Palacio de Wilanów, que recuerda Versalles, se construyó especialmente para ella. De hecho, el nombre del palacio, Wilanów, es la versión polaca del francés Villenueve, o sea, Villanueva.

Las Residencias Reales en Varsovia

En un viaje por la franja este de Polonia, entre Varsovia y Cracovia, nos encontramos con otras residencias reales del país: la primera está en Lublin, una ciudad poco conocida que, sin embargo, sorprende con su belleza; la otra se encuentra en la pequeña Sandomierz, situada a orillas del Vístula.

El Castillo Real de Lublin

CUESTIONARIO