Sabores de siempre

En una región de marcado carácter agrícola y muy arraigadas tradiciones campesinas, platos sencillos y a la vez contundentes son el verdadero rey de la gastronomía de las regiones centrales de Polonia: Mazovia, Łódź o de Santa Cruz. Empecemos por la sopa hecha a base de harina de centeno fermentada con el sabor ligeramente ácido. La żur se sirve con patatas, salchichas ahumadas o beicon, notando el aroma de setas utilizadas durante la cocción.  Las patatas eran el producto básico en casas de los campesinos y no es de extrañar que los mejores platos principales se elaboran con esta hortaliza: en forma de patés de patata, cocidas, ralladas y posteriormente asadas, o asadas con carne. Esta última propuesta, llamada kugiel z Czermna, es el símbolo gastronómico de la región de Santa Cruz.

Żurek, la sopa típica elaborada a base de harina de centeno

En la cocina regional se perciben tanto influencias étnicas locales como influencias extranjeras. Estos últimos se notan especialmente en la cocina de Varsovia o Łódź, donde predominaba la populación judía. La gastronomía de Varsovia le debe mucho a los italianos y a los franceses. Fueron los italianos quienes enseñaron a los chefs de la capital polaca a preparar la casquería. Hoy en día, sin embargo, uno de los platos más conocidos de Varsovia son los Callos a la Varsoviana (flaki po warszawsku), o sopa con tiras de carne de res o ternera y albóndigas. En la zona también se come el hígado frito con tocino y cebolla, servido con patatas y verduras o con pan.

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