Semana Santa
Como es habitual, hay ofertas de los turoperadores españoles para viajar esta Semana Santa. ¿Cómo es la Semana Santa en Polonia? Tanto el Jueves como el Viernes Santo son días laborables, así que la mayoría de los museos y comercios están abiertos al público.
El horario de visitas puede verse afectado en lugares relacionados con el culto, como ocurre en la Catedral de Wawel (Cracovia) o en Kalwaria Zebrzydowska, donde se celebra la mayor procesión de Viernes Santo en toda Polonia.
Un viaje de Semana Santa casi siempre coincide con el inicio de la primavera. Las temperaturas suelen ser agradables, aunque todavía convendría meter en la maleta algún jersey, una buena chaqueta, un chubasquero (especialmente para el Lunes de Pascua, más adelante verás por qué) y quizá unos guantes, gorro y bufanda no muy gruesos. Es extraño que nieve (excepto en las zonas de la montaña alta) y los días ya son bastante más largos y soleados. Además de las típicas visitas turísticas, merece la pena vivir más de cerca las tradiciones con los locales, visitando algún mercado de Pascua.
Mercado de Pascua en Cracovia
Tal como ocurre en otros países de tradición católica, el Domingo de Ramos se festeja muy solemnemente. Aquí a los ramos se les llaman „palmas”, y se preparan muy laboriosamente utilizando flores secas pintadas o flores de papel de colores. En varias poblaciones se organizan concursos de palmas, en los que se premia a las más grandes o más bonitas. Ocurre así, por ejemplo, en la localidad de Łyse, en la región de Masovia, o en Lipnica Murowana, cerca de Cracovia. Las palmas más grandes pueden llegar a alcanzar hasta 6 metros de altura.
Domingo de Ramos en Łyse (Masovia)
En estas fechas, la vida cultural también gira alrededor de la Pascua. El evento más importante es el Festival de Pascua Ludwig van Beethoven, que reúne en Varsovia (del 17 al 29 de marzo de 2024), y en ocasiones en otras ciudades como Cracovia o Gdansk, a algunos de los intérpretes más importantes de la música clásica, en clave de la Semana Santa. De hecho, para muchos viajeros aficionados a la música, este festival es el motivo de su visita. Durante esta época del año, las iglesias también se convierten en escenarios para conciertos y representaciones del Santo Sepulcro, y es tradición visitarlas por este motivo. Durante la época comunista, los sepulcros también albergaban, sin censura, los eventos políticos más importantes.
Otra tradición muy arraigada es la bendición de alimentos. El Sábado Santo por la mañana, incluso los no creyentes se acercan a las iglesias llevando cestas profusamente decoradas para que sean bendecidas. Contienen los típicos huevos cocidos coloreados, pan, sal, pimienta, embutidos y pasteles de Pascua. Una vez se ha cumplido con esta tradición, ya se puede volver a comer carne. Antaño, el contenido de las cestas hablaba de la riqueza de cada casa: cuantos más alimentos había en la cesta y más variados eran, más poder adquisitivo.
Las cestas suelen llevar también la figura del corderito, hecha de azúcar
Los huevos se pueden adornar de diferentes maneras, siendo una tarea muy creativa para los niños. Lo más fácil es teñir los huevos, una vez cocidos, con tintes en polvo que se comercializan en esta época del año, y que se han de disolver en el agua. Sin embargo, existe una manera más natural de teñirlos que consiste en cocer los huevos con piel de cebolla (de dos o tres cebollas) en el agua. Gracias a esto, los huevos adquieren un color oscuro (cuántos más trozos de la piel de cebolla, más oscuro será el color). Una vez secos, hay que decorarlos con una aguja y dar brillo a la cáscara con algodón impregnado de aceite.
Cada región tiene su manera de decorar los huevos
El Lunes de Pascua tiene carácter muy lúdico de acuerdo a las tradiciones rurales. En polaco se le llama Lany poniedzialek, o sea, Lunes de agua, porque, según las tradiciones eslavas, al tirar agua a las chicas, se les asegura salud y fertilidad. Incluso hoy día, sobre todo en ambientes rurales, uno corre el riesgo de recibir un buen chorro de agua fría, así que ¡cuidado!
La Pascua polaca también presta atención a la mesa, en la cual no pueden faltar los huevos decorados, símbolo de vida nueva. Entre los dulces, el protagonista es un pastel llamado mazurek.
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