Semana Santa
¿Cómo es la Semana Santa en Polonia? A diferencia de España en Polonia, Jueves y Viernes Santo, son días laborables por lo que museos y comercios permanecen abiertos. En cambio, el Domingo y Lunes de Pascua son festivos, así que muchos establecimientos pueden cerrar. Si planeas visitas culturales ten en cuenta que algunos horarios pueden cambiar, especialmente en lugares religiosos como la Catedral de Wawel en Cracovia o Kalwaria Zebrzydowska, donde se celebra la mayor procesión de Viernes Santo del país.

Tal como ocurre en otros países de tradición católica, el Domingo de Ramos se festeja muy solemnemente. Aquí a los ramos se les llaman „palmas”, y se preparan muy laboriosamente utilizando flores secas pintadas o flores de papel de colores. En varias poblaciones se organizan concursos de estas palmas en los que se premia las más grandes, donde las más grandes pueden llegar a los 6 metros de altura, o más bonitas. Ocurre así, por ejemplo, en la localidad de Łyse, en la región de Masovia, o en Lipnica Murowana, cerca de Cracovia.

En estas fechas, la vida cultural también gira alrededor de la Pascua. El evento más importante es el Festival de Pascua Ludwig van Beethoven en Varsovia (6 – 18 de abril 2025), y en ocasiones, en otras ciudades como Cracovia o Gdansk, que reúnen a algunos de los intérpretes más importantes de la música clásica en clave de la Semana Santa. Para muchos viajeros aficionados a la música, este festival es el motivo de su visita. Durante esta época del año, las iglesias también se convierten en escenarios para conciertos y representaciones del Santo Sepulcro, por ello es recomendable su visita. Durante la época comunista, los sepulcros también hacían referencia, sin censura, a los eventos políticos más importantes.
Otra tradición muy arraigada es la bendición de alimentos. El Sábado Santo por la mañana, incluso los no creyentes se acercan a las iglesias llevando cestas profusamente decoradas para que sean bendecidas. Contienen los típicos huevos cocidos coloreados, pan, sal, pimienta, embutidos y pasteles de Pascua, una vez cumplido, se puede volver a comer carne. Antaño, el contenido de las cestas hablaba de la riqueza de cada casa: cuantos más alimentos había en la cesta y más variados eran, más poder adquisitivo.

Los huevos se pueden adornar de diferentes maneras, siendo una tarea muy creativa para los niños. Lo más fácil, una vez cocidos los huevos es teñirlos con tintes en polvo disponibles en las tiendas en estas épocas y que se han de disolver en el agua. Sin embargo, existe una manera más natural de teñirlos que consiste en cocer los huevos con piel de cebolla (de dos o tres cebollas) en el agua. Gracias a esto, los huevos adquieren un color oscuro (cuántos más trozos de la piel de cebolla, más oscuro será el color). Una vez secos, hay que decorarlos con una aguja y dar brillo a la cáscara con algodón impregnado de aceite.


El Lunes de Pascua tiene carácter muy lúdico de acuerdo a las tradiciones rurales. En polaco se le llama Lany poniedzialek, o sea, Lunes de agua. Según las tradiciones eslavas, al tirar agua a las chicas, se les asegura salud y fertilidad. Incluso hoy en día, sobre todo en ambientes rurales, uno corre el riesgo de recibir un buen chorro de agua fría, así que ¡cuidado!
La Pascua en Polonia también da gran importancia a la mesa, donde no pueden faltar los huevos decorados, símbolo de nueva vida, que se utilizan en la sopa tradicional żurek. Este plato típico de la Pascua se sirve, en lugar de un plato convencional, dentro de una hogaza de pan, y se caracteriza por su sabor ácido. Se elabora con harina de centeno y carne, como trozos de la tradicional kiełbasa (salchicha de cerdo), panceta o jamón.
En cuanto a los dulces, el protagonista es el mazurek, un pastel típico de esta celebración, o babka, un tipo de „panettone de Semana Santa”. Además, cada familia mantiene sus propias tradiciones y, según la región, es posible encontrar una gran variedad de productos. Tras los platos principales, la mesa suele llenarse con aperitivos, ensaladas y más dulces.
